> REPORTE RURAL
El jueves pasado, 22 de marzo, se celebró en todo el mundo el Día Internacional del Agua y todos los medios informaron sobre la necesidad de realizar un adecuado uso del agua dulce en todos los sectores de la población mundial, ya que este recurso es cada vez más escaso.
Los medios a los que se puede acceder hicieron referencia a la importancia de este recurso y los graves problemas que sufren los países donde el agua es tan escasa que no hay ni siquiera para beberla. Casi dos millones de personas se mueren al año por falta de agua potable, y es probable que en 15 años la mitad de la población mundial viva en áreas en las que no habrá suficiente agua para todos.
Nuestro planeta contiene más de 1.000 millones de billones de litros de H2O (agua), pero poca se puede tomar, ya que más del 97% del agua es salada. Dos tercios del agua dulce están retenidas en glaciares y capas de hielo polar. De lo que queda, la mayor parte está atrapada en el suelo o en acuíferos subterráneos.
El agua que usamos no sólo se la necesita para beber, ya que casi todo lo que hace en el mundo involucra al agua de alguna manera. Es difícil imaginarse cuán alto es el consumo individual, si uno sólo piensa en lo que toma o lo que gasta duchándose o lavando la ropa. Pero hay un uso “escondido” que la gente poco conoce. Es el agua que se necesita para cultivar la comida que comemos y hacer los productos que usamos y consumimos.
Es indudable que el recurso agua es indispensable para la vida en el planeta, y de acuerdo a su disponibilidad en cantidad y frecuencia hace que muchos gobiernos tomen este recurso como una cuestión de Estado.
El agua es un recurso indispensable para la vida humana, animal y vegetal de todo el planeta, y por lo tanto, países donde es un recurso limitado y difícil de obtener y de mantener, utilizan la inteligencia humana para que su obtención, almacenamiento, conducción y distribución sea lo más eficiente posible, buscando con ello ahorrar grandes sumas de dinero, pero por sobre todo agua.
Hay países que son ejemplo de inversión y uso responsable del agua, ya que el Estado invierte grandes sumas de dinero para poder disponer del recurso que genera riquezas, pero por sobre todo vida, y las instituciones y empresas dedicadas a la producción agrícola-ganadera usan muchas horas de trabajo para determinar cuál es la forma más eficiente de hacer un adecuado uso del agua. Como dijimos, el agua dulce para uso humano, agrícola-ganadero e industrial está disponible de diversas maneras en todo el mundo: las lluvias o nevadas permanentes o estacionales, los ríos o lagos de montaña o el agua subterránea son las más comunes de ver en todo el planeta, y el hombre para usarla realizó obras como diques y embalses, diques niveladores, tomas de río, represas o perforó el suelo en busca del líquido elemento.
La falta de agua permanente o temporal hace que todo lo relacionado a la producción agrícola-ganadera se encuentre acotada y que se deba recurrir a usar la inteligencia para colocar el agua en el momento y en la cantidad justa que un sistema productivo necesita para progresar.
En Tucumán y en muchas otras zonas de nuestro país sufrimos este verano de fuertes sequías estacionales, que perjudicaron a diferentes cultivos estivales y pasturas para la alimentación de ganado.
Lo real es que los caprichos de la naturaleza que se dan por ciclos a través del tiempo a veces generan falta de agua que afecta a los cultivos, seguido de fuertes lluvias que provocan también daños por exceso o escorrentías.
Cuando falta el agua debemos tomar los recaudos, para que cuando esto ocurra no tengamos que mirar el cielo para que llueva y a las autoridades que nos decreten una emergencia, y cuando llueve en exceso alejarse de las zonas inundables y de fuertes escorrentías.
Cuando falta agua se deben realizar los esfuerzos necesarios para aprovechar la que corre por nuestros ríos, por nuestro subsuelo, y el agua que cae del cielo en el verano para que al momento de necesitarla por faltante, por lo menos tengamos algo disponible y que los daños no sean cuantiosos, y cuando llueve en exceso debemos tener hechas las obras de desagües y sistematización necesarias para evitar daños.
El riego y los desagües siguen siendo una materia pendiente, si se verifica la superficie real de sistemas de riego y desagües que hay en Tucumán en relación al recurso disponible.
El riego y los desagües en la actividad rural son una herramienta indispensable para poder producir en zonas que, sin agua, no habría nada como en las provincias del Cuyo o en nuestros valles de altura. Pero también es una herramienta válida para producciones que se hacen en nuestra llanura como caña de azúcar, cítricos, frutas y hortalizas diversas, donde el uso del agua hacen más rentable una actividad al brindar mayor producción y calidad.